Nuestro vecino Ariel

Nuestro vecino ArielDurante una época en que vivíamos en un edificio de Villa Urquiza, Ana y yo habíamos alquilado un lindo departamento, bastante barato.Solamente había un vecino viviendo en nuestro piso.Se llamaba Ariel; era un joven estudiante universitario; bastante antipático, del tipo pendenciero.Habíamos discutido con él más de una vez, cuando nos volvía locos con el volumen de su música. También lo había visto discutir con otra gente. Sabía que el pendejo era un sádico?Un día trató de tocarle el culo a mi esposa cuando la encontró sola en el pasillo; pero Ana lo había puesto en su lugar con un buen cachetazo en la cara. Parecía un tipo peligroso?Una tarde, al llegar de mi trabajo, encontré a Anita lista para salir a cenar afuera, vestida con un ajustado conjunto negro que la hacía lucir muy sexy. Un golpe sonó a la puerta y yo abrí.Ahí estaba Ariel, de pie con los brazos en jarra, con actitud desafiante.?Hola, flaco? tenemos que hablar?? Dijo, en un tono duro.Me empujó y entró al departamento, cerrando la puerta detrás de él.Ana entró desde la cocina. Ariel la miró de arriba abajo, desnudándola con la mirada."Me voy a coger a esta puta de tu mujercita?? Me ladró en la cara.El salón quedó en silencio y yo algo sorprendido. El tipo estaba realmente loco.Antes de que yo pudiera responderle algo, Ana se largó a reír a carcajadas.?Quién te crees que sos, imbécil? fuera de aquí!? Aulló a los gritos.Ariel permaneció calmo y la miró directo a los ojos:?Yo sé que a vos te gusta mi verga, perra??Mi esposa lo miró con desagrado. Ya estaba por echarlo, cuando hizo un último intento."Te apuesto que tengo la pija más grande que este cornudo de tu marido?? Le espetó.Anita se rio otra vez. Ella sabía que mis veinte centímetros nunca la decepcionaban."Te interesa ver que la mía es más grande?? Insistió ese caradura."Bueno, pero después no te sientas humillado, estúpido?? Respondió Ana, desafiante.Mi mujercita me hizo un gesto y yo me ubiqué junto a ese pendejo; ambos enfrentando a ella.Nos desabrochamos los pantalones y los bajamos hasta las rodillas.Pude ver que Ana emitía un suspiro de asombro y entonces giré mi cabeza para mirar a Ariel.Mis ojos no lo podían creer. Ese hijo de puta tenía una verga de casi veinte centímetros; casi como la mía; pero la suya todavía estaba completamente fláccida.Ariel me miró con cierta expresión diabólica; sacudiendo esa monstruosa verga frente a la Mirada hipnotizada de mi esposa. Parecía estar atontada, sus ojos no me miraban; estaban posados sobre esa cosa enorme colgando allí? Ana comenzó a jadear.Ella suspiró otra vez, mientras ese mocoso se reía.?Qué te parece, puta??? Le preguntó a mi esposa.Ana se mordió el labio; pude notar en sus ojos la lujuria que la invadía. Seguía hipnotizada.?Me parece que necesito mirar más de cerca?? Suspiró Ana, ya preocupándome un poco.Antes de que yo pudiera reaccionar, mi sensual mujercita se puso de rodillas frente a nosotros. Mi verga ahora estaba durísima; pero los ojos de Ana seguían fijos en esa verga todavía fláccida?Dale, yo sé que te gustaría tocarla, puta?? Susurró Ariel, adelantando sus caderas.Sentí que ni siquiera podía protestar, cuando Anita puso sus dos manos sobre esa poronga.Sus largos dedos no llegaban a rodearlo por entero y, para peor, esa cosa seguía expandiéndose entre sus manos.Ana suavemente empezó a hacerle una paja; mientras miraba a esa cosa con lujuria."Te gusta, trola, verdad?? Insistió ese pendejo, mientras sonreía maliciosamente.?Es increíble? tan grande? y todavía no está todo parado?? Susurró Ana.De repente ella empezó a mover sus dedos con rapidez, pajeándolo casi con furia.Ariel la miró como si ahora Ana fuera de su propiedad. El turro había ganado, humillándome."Quiero que me la chupes, perra? yo sé que te gusta eso?? Le ordenó en voz baja.Anita me miró, recordando que yo seguía a su lado. Pero ese pendejo la aferró por los cabellos y le hizo girar la cabeza; la obligó a abrir la boca y le hundió los primeros cinco centímetros de su gruesa y endurecida verga entre los labios. Empujó un poco más con sus caderas y siguió hundiendo esa verga increíble en la boca de mi esposa.Ana abrió los ojos en sorpresa, pero no se resistió para nada.Enseguida empezó a chupar esa pija descontroladamente, como nunca lo había hecho antes.Lo peor de todo, era ver sus fluidos vaginales deslizándose entre sus muslos. Me sentí totalmente derrotado y me senté en un rincón, para presenciar a mi vecino usando y abusando de la delicada boca de mi mujercita.Entonces Anita se puso de pie y se quitó el ajustado vestido negro; quedando solamente con sus sandalias de taco alto. Ahora desnuda, pude ver sus labios vaginales brillando y palpitando, dejando escapar sus jugos vaginales.Esa hermosa y apretada concha, que era mía, ahora estaba lista para él?Ariel la hizo girar y apoyó su cuerpo contra ella. Le acarició las tetas desde atrás y presionó esa verga colosal contra los cachetes de mi hambrienta esposa. ?Ya estás lista para comprobar quién la tiene más grande, puta?? Susurró al oído de Ana.Arrastró a mi esposa a nuestro dormitorio y yo apenas me animé a seguirlos.Arrojó a Anita sobre la cama matrimonial y ella cayó de espaldas. El tipo subió a la cama y abrió rudamente las piernas de mi esposa. Luego se ubicó entre esos suaves muslos abiertos de par en par.Ana ni siquiera se resistió; después de todo, eso era lo que ella tanto deseaba.El estúpido tenía una mirada maligna cuando puso sus ojos en los míos.Después miró a Anita, yaciendo bajo él. Le preguntó en un tono duro:?Estás esperando que te coja, puta?? ?Vas a tener que pedírmelo por favor?? Agregó.?Por favor? quiero que me cojas? necesito que me cojas?? Gimoteó Ana, casi llorando.?Quiero que te acerques, cornudo y pongas tu cabeza sobre la concha de tu mujercita??Hice lo que me ordenó y pude ver su tremenda verga más de cerca.Ariel largo una carcajada, diciendo:?Ahora vas a ver lo que un verdadero macho le hace a la putita de tu esposa??Muy despacio empezó a empujar esa verga de burro dentro del vientre de Ana.Ella comenzó a gritar y a gimotear d dolor y placer a la vez; pero el tipo no se detuvo, hasta que casi la mitad de esa tremenda pija estuvo hundida en la delicada concha de Anita.El muy turro siguió empujando con sus caderas, hasta lograr que esos veinticinco centímetros desaparecieran por completo dentro de Ana. Ella pareció relajarse; pero enseguida su cuerpo tembló sin control y aulló a todo pulmón, dejándome saber que había tenido un muy intenso orgasmo."Ya viste lo que una buena verga le provoca a tu mujer???Ahora quiero que esperes afuera, mientras me entretengo con esta puta mal cogida??Caminé hacia la puerta, mientras oía la voz carcajeante de Ariel a mis espaldas:?Te la devuelvo bien garchada y satisfecha dentro de un rato??Una vez afuera, espié por el ojo de la cerradura.Solo podía ver otra vez a ese hijo de puta, mientras volvía a embestir la vagina de mi esposa con toda su furia. Esa verga la estaba destrozando como nunca.Ana seguía gimoteando y lloriqueando, siempre al borde del orgasmo.Pero ese turro no la dejaba acabar; cada vez que ella estaba cerca de un orgasmo, él se la sacaba mientras se reía a carcajadas.De repente la puso boca abajo y se montó sobre la espalda. Pude ver la boca de Ana abrirse para aullar, cuando Ariel volvió a embestirla desde atrás, con toda brutalidad. Comenzó a bombearla con largas embestidas, muy violentas. Ana parecía estar desmayada.Después el tipo se levantó. Pensé que por fin la pesadilla había terminado.Pero entonces el alarido de dolor que dejó escapar Ana, me indicó que esa gruesa verga estaba invadiendo su muy estrecho esfínter anal.Mi esposa se debatió y estiró, llorando enloquecida, pero nunca no le pidió que se detuviera?Presencié cómo la sodomizaba con brutalidad, mientras él bombeaba frenéticamente.Finalmente acabó dentro de ella. Tensó su espalda y supe que se había vaciado en el ano de mi delicada mujercita. Ella quedó exhausta, rendida boca abajo, con sus dos orificios escurriendo semen.Me senté en el sillón. Unos instantes después, la puerta se abrió y Ariel salió, con su verga todavía erecta pulsando en su entrepierna. Me la mostró orgulloso y comenzó a vestirse.?Mañana después de la cena, vas a mandarme a tu mujer a mi departamento??Lo miré con bronca, odiando la estúpida sonrisa de su cara de pendejo??Y no te preocupes, cornudo? a ella le encanta sentir mi verga? más grande que la tuya??