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Ana asomada al balcón

 
Post #1


Ana asomada al balcón
Ana asomada al balcón

Apenas casados nos instalamos con Ana en un cómodo departamento de Villa Urquiza; bastante espacioso y luminoso. Lo mejor era una especie de balcón terraza, donde podíamos disfrutar del sol en el verano.

Una tarde estábamos precisamente haciendo eso, tomando sol en el balcón, cuando noté que Anita se incorporaba y se metía la tela de la tanga entre los firmes cachetes de su hermosa cola.
Le pregunté qué estaba haciendo y algo confusa farfulló que eso era para que no le quedaran las marcas blancas de la malla; en realidad me di cuenta de que ahora estaba de espaldas a las rejas del balcón, dando un perfecto espectáculo a un par de adolescentes que vivían en el edificio de enfrente y que no se podían despegarse de la ventana, mirándole directamente el culo de mi mujercita.

Al notar eso y creyendo que Ana no se había dado cuenta, le avisé:

"Amor, date vuelta, que esos pendejos te están mirando desde enfrente".

Pero ella giró su cabeza y se burló de ellos, sacando la lengua y pasándosela después por los labios entreabiertos.

"Que miren lo que quieran, me calienta pensar que se están pajeando por mí".

Automáticamente yo también sentí que comenzaba a tener una erección monumental; así que me acerqué a ella y le comí la boca en un beso profundo.

Le susurré al oído que lo que estaba haciendo era una de mis fantasías de los últimos días y que si a ella le gustaba yo no me pondría celoso, al contrario, le ayudaría a desarrollar su fantasía y llegar hasta donde ella quisiera.

La noté muy excitada cuando preguntó: "Llegar hasta donde yo quiera?"

"Entonces me gustaría mostrar mi cola a esos chicos sin la tanga, sí?"

"No te parece que sería demasiado?"

"Para nada, ya sabes que a siempre me gusta mostrar mi cola y si los hombres se calientan y la desean, mejor todavía". Me respondió ronroneando como una gata.

Noté en su cara que contarme esto la calentaba terriblemente, y yo que con mi calentura no me quedaba atrás le seguí preguntando.

"Anduviste mostrando la cola a muchos hombres en estos días?.

"A varios, te cuento cuál fue la última vez?

"Ayer precisamente cuando salí del edificio para el gimnasio con las calzas azules bien ajustadas, esos dos chicos estaban enfrente, así que me incliné para atarme el cordón de una zapatilla y les puse la cola bien redonda delante de sus ojos.
De reojo pude ver que se toqueteaban la entrepierna, estaban bien alzados los dos. Eso me calentó tanto que tuve que volver a subir a casa para cambiarme las calzas porque me había mojado toda".

Ahora estaba en cuatro patas sobre la reposera y a medida que me contaba esto había abierto un poco más sus piernas y se frotaba la conchita a través de la breve tela, siempre mostrando el culo a los pibes de enfrente.

"Bueno, como quieras, sin tanga entonces; yo me voy para adentro y te miro desde ahí".

Lo único que yo quería era no perderme nada del espectáculo que iba a dar mi mujercita, mientras me hacía flor de paja.
Apenas la dejé sola, giró la cabeza hacia los dos pibes, sacó otra vez la lengua pasándosela por los labios y tiró con un movimiento muy sensual de los cordones de la tanga, desatando los nudos. En un segundo estaba inclinada hacia adelante, la cola expuesta a plena luz del día, mientras se acariciaba con sus dedos la conchita bien humedecida.

De repente me miró y me rogó que le metiera mi verga en la boca, cosa que no pude evitar ya que estaba por estallar. Me acerqué a ella, le tomé la cabeza enredando mis manos en sus cabellos y se la metí en la boca, llenándosela por completo.

"Te gusta que te miren la colita, mi amor?, te gustaría ahora otra pija por atrás?"

Ana asintió con la cabeza, gimiendo, mi verga metida dentro de su dulce boca.

"Los voy a llamar ahora, quiero que esos dos pendejos me cojan la cola mientras me como tu pija, amor? vas a dejarme?".

Por supuesto yo estaba de acuerdo, así que ella se incorporó y giró hacia enfrente, haciéndoles gesto a ambos chicos para que vinieran a casa. Cuando vio que los pibes estaban en camino volvió a girar hacia mí, me comió la boca y se acarició la conchita con un gemido, diciendo:

"Qué zarpados estos dos; a vos amor, te parece bien la idea?".

Por toda respuesta le enterré mis dedos en su concha ahora dilatada y mojada, metiendo y sacando hasta que nos interrumpió el timbre de la puerta.

Hice pasar a ambos al salón. Ahora de cerca ya no parecían tan adolescentes, sino que estaban casi por los veinte años.

Se presentaron como Facundo y Nicolás; se relamieron al ver a Anita en cuclillas delante de ellos, con las piernas abiertas acariciándose el clítoris. Los miró de arriba a abajo y solamente les alcanzó un pote de gel lubricante.

"Los quiero en mi culo ahora mismo" les dijo con una caída de ojos, mientras se ponía en cuatro patas en el suelo.

Facundo tomó el pote y dijo que él probaría en primer lugar, ya la tenía menos gruesa que Nicolás y entonces después dejaría que su amigo pudiera disfrutar mejor del culo no tan dilatado de mi mujercita.

Ella mientras ronroneaba de placer en forma adelantada, mientras se acariciaba la concha con sus dedos.

Facundo se bajó los pantalones, untándose su verga tiesa con gel. Luego se ubicó entre las piernas abiertas de Ana y le introdujo un par de dedos bien lubricados en el ano. Anita gimió placenteramente al sentir la intrusión.

"Estábamos seguros que se moría de ganas por entregarnos el culito". Dijo el pibe.

Sin demasiado apuro Facundo fue metiéndole la pija bien dura a Anita, que se retorcía de placer. La tomó por las caderas y enseguida comenzó a moverse a buen ritmo, mientras su verga lubricada entraba y salía con facilidad del culo de mi dulce mujercita.

Nicolás mientras estaba en silencio, pero se había quitado los pantalones y ahora se masajeaba una verga bastante más grande que la de su amigo, mientras observaba la escena y esperaba su turno.

Ana de repente se tensó hacia adelante y aulló como nunca, alcanzando un orgasmo que le habían provocado sus propios dedos metidos en la conchita, mientras el chico le rompía el culo cada vez con más ganas.

Pronto también Facundo dejó escapar un grito, aferrando a Ana por las caderas y vaciándose en ese delicado y firme culo. Enseguida se recompuso y se salió, cediéndole el lugar a su amigo.

"Este culito necesita que le metan una buena verga grande". Dijo Nicolás ya ubicado entre las piernas de Anita, con su enorme verga también lubricada con gel. De inmediato se impulsó hacia adelante y se la metió en el culo de una embestida, haciéndola gritar de dolor.

Ella me miró entre gemidos: "Ay amor, este pendejo la tiene bien gruesa y dura".

Nicolás la tomó por los cabellos y de un tirón la llevó hacia atrás, mientras no dejaba de taladrarle el culo.

"A ver, puta, te gusta que te rompa el culo así con mi verga?" Le gritó a Ana.
Ella parecía enfebrecida, cerró los ojos y le respondió que le encantaba esa tremenda verga bien dura en el culo.

El pibe siguió sodomizándola durante un buen rato, mucho más que su amigo, sin mostrar signos de cansancio.

Anita me hizo un gesto para que me acercara y comenzó a comerse mi verga bien dura. Sus labios succionándola me provocaron que casi acabara enseguida.

"Tu mujer es una verdadera puta, por favor, quiero cogerla como se debe coger a una perra así, cada vez que esté en celo" Me pidió Nicolás, en tono demandante.
Por supuesto, le respondí que Ana iba a ser suya cuando fuera necesario.

Ana apoyó su cabeza en el suelo y finalmente se entregó a los deseos del chico, que unos segundos después aulló como un lobo estepario y le llenó la cola de semen caliente a mi mujercita.

Ella quedó abatida en el suelo, mientras los dos vecinos se vestían y me agradecían haberles entregado el culo de mi mujercita. Se fueron en silencio.

Me recosté junto a ella, que sin abrir los ojos me dijo:

"Me encantó que dos pendejos pajeros me rompieran el culo, amor, pero mi concha sigue húmeda y necesita algo más que mis dedos".
"Estarás a la altura de las circunstancias, si???"?
02-29-2024, at 09:38 PM
Alýntý
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