Lo imposible

Lo imposible

Quizas nunca esperase un encuentro como este. La mas extraña de las relaciones que habia tenido. Sexo salvaje con quien no debia.

¿Y quien era esa persona indevida? Su propia jefa.

Repasando emntanmente lo sucedido, no entendia como era posible que hubiera pasado algo asi. Armando, si odiava a alguien en su empresa, era a su jefa. Una tipa neurotica, que apuntaba casi a la esquizofrenia. Gritaba a la minima por cualquier cosa, podia llegar a insurtar y al momento decir buenas palabras.

Para toda la empresa era un echo que estaba completamente loca.

Y si fuera poco, hacia poco que habia quedado viuda.

Por eso, aquel dia que lo hizo quedar para arreglar un informe, lo que menos podia esperar, era lo que sucedio.

Su jefa era una mujer de 50 años, que se habia adelgazado mucho desde que enviudo. Vestia de forma sencilla, y casi sin adornos. No era expecialmente atractiva, pero estando arreglando el extropicio de aquel dia en su mesa, vio que solo con las insinuaciones correctas, una mujer poco interesante, puede atraer la mirada de un hombre.

No sabia exactamente como sucedio, no recordaba como pudo suceder, solo recordaba una y otra vez, a su jefa sentada en su butaca con los pantalones desabrochados y el inclinado hacia ella y la mano metida entre sus piernas y los dedos empapados dentro de su coño.

- Que ganas tenia que me masturbaran.

- A mi me encanta masturbar.- le decia el al oido mientras se sorprendia por el abundante fluido de ella.

Penso que todo se terminaria cuando ella se corrio fuertemente, no una, sino tres veces en menos de dos minutos. Podria ser solo una experiencia un tanto incomoda en el que él se llevaba una mano humeda y una polla dura.
Pero su jefa tenia otros planes.

- Enseñame esa polla.- Le dijo aun sentaba en la butaca, mientras le desabrochaba el pantalon.

su jefa, parecia tener muy claro que queria. Comenzo a comersela al momento, de una forma tan ansiosa, que incluso le hacia daño. Tubo que sentarse sobre la mesa para poder contener el impetu de su jefa.

- Si sigue asi, me voy a correr.

Su jefa no contesto. Seguia chupando, lamiendo y escupiendo la enorme polla de armando. No se la sacaba de la boca y su saliva la sentia correr por entre sus huevos.
Termino explotando dentro de aquella boca experta, una abundante corrida de semen caliente que no mancho nada, pues quedo retenido dentro de su boca. Su jefa no hizo ningun acto de querer parar, parecia no haber notado la corrida, simplemente siguio comiendo con la misma intensidad.
Armando sintio como su polla perdia fuerza, para al cabo de unos minutos y gracias a la voluntad de su jefa, volvia a ponerse dura.

- Tu semen estaba buenisimo, pero no es suficiente.

Lo empujo contra la mesa, y se subio encima de el metiendose ella misma, la polla en su coño. Y empezo a cabalgarle.
Pronto comenzo a gritar, tan alto como solia hacer cuando se enfadaba. Los gritos resonaban por toda la oficina. Suerte que encerrados en aquel despacho, nadie podria pillarles.

Cuando su jefa considero que tenia suficiente, se ajo de encima y volvio a comersela con igual intensidad que al principio.

Ahora armando sabia que pasaria, asi que no dejo que su semen le inundara la boca, disfrutando del placer de poder aprobecharse de su jefa. En el ultimo momento la saco y descargo su semen en la cara de ella y en su ropa, manchando el jersey, la cara y el pelo.

- jode, ahora tendre que limpiarlo- dijo- y comenzo a limpiarlo con los dedos y llevarselo a la boca.

Apartir de entonces, armando empezo a ver a su jefa de otra manera. Lo que le pasaba, era, que tenia una falta clara de sexo.