Doris, la nana de la casa (2)

Doris, la nana de la casa (2)Fui a comprar, como les dije y volví con una chelas para mí, un pastelito para mi Doris y una crema para el dolor muscular, el motivo de no haber ido a trabajar. Después de volver, me fui a mi lecho de enfermo y veía a Doris atender a mi hijo como si fuera propio y la calentura ya no la soportaba. Viendo TV le pedí si me podía hacer un masaje con la crema para el dolor y ella accedió sin problema, comentando algo, que no alcanzé a escuchar. Comenzó su masaje y mi pene estaba a reventar, mi excitación se hizo notoria y ella dice lo que nunca olvidaré, "parece que este huevito quiere sal", al instante me abalancé sobre ella, totalmente entregada.Sabiendo su historia, me contuve y le dí el mejor trabajo previo de mi vida, hasta que solita, pedía a gritos, que se lo metiera. Ella no tenía experiencia en las artes del sexo, y mi objetivo era enseñarle y darle todo el placer que pudiera.Comencé besándola apasionadamente, su respuesta no era apasionada, era más bien tosca, con deseo pero, impaciente, le dije, tranquila, tenemos todo el tiempo del mundo, era recién las 10 de la mañana y nadie llegaría sino hasta al menos las 4 de la tarde. Y empecé mi tarea, enseñarle a gozar del sexo, recibir y dar placer.Comenzamos a besarnos, como dos jóvenes adolescentes, ella quería más, yo me contenía, No No No, tranquila, tenemos tiempo.Ella generalmente vestía su delantal, y debajo un sostén y pantalón, la tarea era fácil, uno a uno los botones del delantal dejaron de estar unidos al ojal, el sostén de delicado algodón blanco no dió batalla alguna y sus lindas tetitas eran sólo para mí, las bese, acaricie, chupe y todo lo que podía hacer con ellas, estaba entregada, y cada vez que decía algo, yo le explicaba lo que hacía, y le preguntaba si estaba bien o mal, si le gustaba o no le gustaba.Poco después fue el turno del pantalón, y se lo sacó solita, el calzón ni lo ví y me dediqué a dar el mejor trabajo de lengua que pude, chupé y chupé, lamía y lamía, ella gemía como nunca escuche jamás, sus sabores eran magníficos, dulces, salados, no sé, la temperatura de esa zorrita era de otro mundo, gemía y pedía " mételo", yo no lo haría aún.Ella no lo sabía, no lo había sentido, mi misión era darle su primer orgasmo, yo sabía como, ella no tenía idea.su espalda se retorcía, sus manos querían rasgar las sábanas y en ese momento, yo daba calma, paraba, un trago de cerveza era la escusa, veía su ojos, su cara y era ver sólo placer. Arremetí, pensando sólo, en darle lo mejor de su vida y apenas 2 o 3 minutos después, lo que yo había dado, pero nunca visto así, placer total, gemidos, contorsiones, espasmos, jugos vaginales, 2 individuos entrelazados, siendo en esos instantes sólo uno, yo exhausto encima de ella, el sudor nos mantenía unidos, el jadeo de ella me tenía loco, sabía que ahora, tendría lo que yo quisiera.Creo que dormimos unos minutos, pero el susurro de mi hijo nos hizo volver a la realidad, vi el reloj y este apenas marcaba antes de medio día, la felicidad, lujuría, calentura, no sé, me invadió y pensé, que hago ahora? Escuchó a mi hijo, y salto de mi lado, debía atender al bebé y eso me calentó más, hizo el ademán de vestiste y le dije, para qué, terminó sus deberes desnuda y sin pudores y volvió a la cama, se acurrucó a mi lado, sin decir nada, esperando algo... supongo, yo ya le había dado su primer orgasmo y esperaba mi recompensa.Pasaron unos minutos y yo me hacía el dormido, la iniciativa no vendría de mí. Al poco rato, su cuerpo mojado resbalaba sobre mí, no decía nada, solo se movía excitada, esperando mi respuesta, la cual no asomaba por ninguna parte, y le dije, ahora le toca a Ud.Creo que organizó sus ideas, pues estuvo un momento como pensativa, de acurrucada paso a sentarse sobre mí, y comenzó a besarme, esos besos juveniles, apasionados, mojados y con harta lengua, yo pasivo, sin entusiasmo aparente me acomodé frente a ella y la dejé ser todo lo creativa, que ella quisiera ser, me besaba y lamía como si no hubiera futuro, cuello, pecho, axilas, abdomen y llegó a mi pene, estaba por estallar, lo acarició, lo miró, lo besó y me díó la mejor mamada de vida o la que más recuerdo, chupaba la puntita, besaba el tronco y se comía los coquitos, yo trataba en lo posible de frenarla, para durar lo más posible, pero no paraba. Como pude la cambié posición, un lindo 69 con ella arriba, chupando su dos orificio sin distingo, con sólo un objetivo en mente, se imaginaran cuál?